Elementos y factores.
El clima, lejos de ser sólo un factor físico que caracteriza a una región, juega un papel muy importante en la vida de los seres humanos. Es relevante tanto en la ocupación humana de un territorio como como en la obtención de los alimentos.En el caso de nuestro país, la economía se ha basado tradicionalmente en la ganaderia y en la agricultura, dos actividades que dependen directamente de las condiciones climáticas que, en general, han sido propicias para su desarrollo. Si consideramos la clasificación climática de Köppen a Uruguay le corresponde el tipo de clima Cfa. Esto significa que es templado y húmedo, con precipitaciones repartidas durante todo el año y que la temperatura media del mes más cálido supera los 22º C.
A continuación analizaremos los elementos atmosféricos que caracterizan nuestro clima y los factores que intervienen en su determinación. La limitada extensión territorial del país sumada a la existencia de formas de relieve de baja altura determinan que las variaciones espaciales de temperaturas, de precipitaciones y de otros elementos meteorológicos sean poco apreciables, dando como resultado un clima bastante homogéneo.
Entre los factores que determinan el clima de una región se destaca la latitud. Uruguay entre los paralelos 30º y 35º sur se ubica en la zona térmica (o de insolación) templada, en el sector próximo al trópico de Capricornio. Por su situación en latitud del país presenta cuatro estaciones térmicas bien diferenciadas, pero sin extremos de temperatura. La temperatura media anual a escala nacional es de 17,5 ºC, con una variación espacial de tan sólo 3ºC, pues en el sureste la madia anual es de 16ºC y en el noroeste de 19ºC. La amplitud térmica anual es relativamente reducida, unos 12ºC, debido a la situación costera del país donde se da una marcada influencia de las masas de aire marino de alto contenido en humedad, actuando el agua como regulador térmico.
Estas temperaturas así como la existencia de las cuatro estaciones son apropiadas para el desarrollo de las actividades agrícolas en al país y permiten el cultivo de múltiples productos aprovechando las temperaturas y precipitaciones típicas de cada estación. Es común para los uruguayos comer frutas y verduras características de las estaciones, como cítricos, manzanas, brócoli o espinaca en invierno; sandía, melón, durazno, ciruela em verano; las frutillas en primavera y la uva en otoño. En la actualidad y gracias a la tecnología aplicada a la agricultura podemos disfrutar de las frutas y verduras durante casi todo el año, la gran diferencia está en el precio, ya que durante la estación aumenta y por lo tanto los precios bajan.
Otra ventaja que le ofrecen las estaciones a la economía de nuestro país tiene que ver con el turismo, una de las actividades que más ha crecido en los últimos años y que aporta ingresos significativos. El verano es una estación, que por sus altas temperaturas, es ideal para aprovechar la extensa costa de Uruguay. Las playas, desde Colonia sobre el Río de la Plata hasta las oceánicas costas de Rocha, se ven colmadas de personas, tanto del país como de nuestros vecinos de Argentina y Brasil y de muchos otros lugares del mundo. La gran mayoría de estas personas buscan pasar una temporada de descanso, pero otras son atraídas por la posibilidad de obtener un beneficio económico de la temporada estival. en las estaciones de temperaturas intermedias, como el otoño y la primavera, el destino turístico más elegido se encuentra en el norte del país, donde las aguas termales son el atractivo principal.
Las precipitaciones en el país son abundantes, se registra como media total anual 1.222 mm. La zona más lluviosa está al norte (Rivera con 1.639 mm anuales) y la de menores precipitaciones al sur (Carrasco con 1.098 mm). Si bien las llueve en todas las estaciones, los máximos corresponden a otoño (marzo es el mes más lluvioso con 140 mm) y primavera. Las lluvias se producen durante el pasaje de frentes, sean cálidos o fríos. Estas zonas frontales tienen kilómetros de extensión y se generan cuando se ponen en contacto masas de aire cálidas provenientes del norte y frías del sur. La ausencia de barreras orográficas facilita la libre circulación de esas masas de aire.
Estas abundantes precipitaciones repartidas durante todo el año han permitido realizar la mayor parte de los cultivos empleando el sistema de secano (o sea sin riego artificial). También el agua de lluvia permite la recarga de acuíferos y a su vez los productores ganaderos y agrícolas la almacenan, por ejemplo en tajamares, para su posterior uso.
La matriz eléctrica de Uruguay se caracteriza por el uso del agua de los ríos como fuente de energía dominante. el volumen de las de las precipitaciones inciden en al caudal de los sistemas fluviales y éste es el que permite el correcto funcionamiento de las cuatro represas hidroeléctricas que están instaladas en el curso de los ríos Uruguay y Negro. Estas represas se ven afectadas no solo por las lluvias que caen en nuestro territorio sino también en el sur de Brasil donde esos ríos tienen sus nacientes.
Es una constante del clima uruguayo, según los registros pluviométricos de los últimos 100 años, la existencia de períodos cíclicos de sequía o de inundación que tienen un impacto negativo sobre la economía nacional así como en las condiciones de vida de los habitantes y en el presupuesto de las familias. Es importante que toda la sociedad en su conjunto tome conciencia de este hecho y que el gobierno genere una política de estado que busque implementar medidas adecuadas para mitigar los efectos negativos de estos fenómenos climáticos.
El clima de nuestro territorio permite el crecimiento de un bioma de pradera que es la base del desarrollo de la ganadería, actividad económica tradicional desde la época colonial hasta la actualidad. El valor forrajero de la pradera depende en gran medida de las condiciones térmicas, pluviométricas y de las horas de radiación solar, además de las características del suelo y del manejo que realice el hombre de ella.
Las heladas y el granizo son hidrometeoros que tienen un impacto negativo importante sobre el crecimiento de la pradera y de los cultivos. la zona más afectada por la helada en la estación invernal es la del centro-este. El granizo se produce durante tormentas asociadas a nubes cúmulus nimbus y es especialmente dañino cuando se registran en primavera momento en que los frutales están floreciendo.
Como podemos apreciar el clima de Uruguay es propicio para el asentamiento humano y permite el desarrollo de múltiples actividades económicas tanto del sector primario como la ganadería, la agricultura y la forestación que sirven de pilar al desarrollo de la industria y del comercio, así como del turismo actividad terciaria en expansión.
Variabilidad climática: El clima de una región no varia en períodos cortos de tiempo, pero en ocasiones suceden fenómenos atmosféricos que no se encuentran dentro de los parámetros climáticos típicos de esa región. Estos fenómenos se consideran normales dentro de la "variabilidad climática" que puede presentarse en los diferentes tipos de climas.
En el caso de Uruguay podemos reconoces algunos eventos como períodos de sequías o de precipitaciones prolongadas que causan inundaciones, fuertes vientos o temporales de gran magnitud. Estas fluctuaciones en las características climáticas del país se explican por la incidencia de procesos en el sistema atmosférico-oceánico que se dan a nivel internacional y que directa o indirectamente nos afectan. Entre estos el fenómeno de El Niño-Oscilación Sur (ENOS) se relaciona con un calentamiento inusualmente alto del océano Pacífico sur en el sector este próximo a la costa sudamericana. Aquí habitualmente la temperatura de las aguas oceánicas es inferior a las del sector oeste (costas asiática y australiana) debido a la sugerencia de aguas frías desde el fondo oceánico muy ricas en nutrientes y que explican el desarrollo de una rica zona pesquera. Durante la fase cálida del ENOS (fenómeno de El Niño), en general, se produce un aumento de las precipitaciones en toda la región, incluyendo nuestro país que se ubica en la fachada atlántica sudamericana. Este fenómeno tiene una periodicidad variable de dos a siete años y puede durar entre nueve y dieciocho meses.
Sequias graves: 1964-65; 1988-89; 1999-2000; 2008-2009.
Abundantes precipitaciones: 1959; 1977; 1983; 1997-98; 2007; 2009.
También existe un fenómeno opuesto a este, llamado La Niña (fase fría), que consiste en el enfriamiento mñas marcado del océano Pacífico tropical sudamericano, lo que produce características opuestas a las de El Niño, ya que al disminuir la evaporación también disminuyen las precipitaciones. El fenómeno de La Niña puede durar entre tres y seis meses.
En nuestro país se pueden observar los efectos de estos dos fenómenos, ya que como se expresa en la tabla, existen períodos de sequías y de precipitaciones abundantes que coinciden, en líneas generales, con los fenómenos antes mencionados. Sin olvidar el cambio climático mundial, los períodos de sequías o de lluvias prolongadas e intensas no son sucesos "anormales", sino que se pueden encontrar dentro de la variabilidad climática de nuestro país relacionada con los fenómenos de El Niño y La Niña.
Extraído de "Territorios en construcción 3" tema 05, Editorial Contexto.
Incredible
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